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martes, 27 de agosto de 2019

El Río, núm. 18

Revista de el centro de estudios sobre la universidad UABC, Revista de historia regional de Mexicali y su valle Año V, núm. 18, octubre-diciembre de 2012, dejó la editorial que viene en la revista y el enlace a la misma.

El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México.


Alza y baja del algodón
A cien años del inicio del cultivo algodonero en el valle de Mexicali podemos constatar que ningún otro cultivo o producto ha jugado un papel más importante en nuestra economía que el “oro blanco”. La producción de algodón por más de medio siglo transformó la ciudad de Mexicali y su valle de un desierto a un emporio agrícola. La producción algodonera fue un poderoso imán para atraer a los inmigrantes de otras partes de la península de Baja California y de muchos otros estados del país. Por su prosperidad, Mexicali se convirtió en la capital del Distrito Norte de Baja California y la entidad se comenzó a poblar. 

Debido a los altos precios de la fibra algodonera en los tiempos de la primera Guerra Mundial (1914- 1918), la agricultura en el valle creció; se desmontaron grandes terrenos y se nivelaron, se crearon canales y se abrieron caminos, y con ello nuevas tierras se incorporaron al cultivo. El cultivo del algodón dominó el valle de Mexicali. 

Pero esto requirió de varios insumos de otras partes de la economía. Maquinaria y equipo fueron requeridos para hacer las labores. Como consecuencia de este progreso se establecieron comercios orientados a los agricultores y sus necesidades. Se crearon refaccionarias y talleres de reparación para sostener una agricultura tecnológicamente avanzada y comercial. 

En un principio el algodón se produjo para su exportación, pero esto también se transformó, pues de llevar el algodón en hueso a las ciudades de Caléxico y El Centro para su despepite, se instalaron en Mexicali despepitadoras a los lados de las vías del Ferrocarril Inter-California, creando desde 1915, aproximadamente, fuentes de trabajo industrial. Poco después se establecieron plantas para beneficiar la semilla de algodón; de ella se crearon varios productos industriales, como aceite y manteca vegetal, jabón para el consumo humano y cascarilla y harinolina para el consumo de ganado vacuno. La empresa algodonera más grande fue la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico que se instaló en 1925. Las empresas industriales provocaron que los trabajos se fueran especializando y la productividad laboral al igual que los sueldos, aumentaron. 

Gracias al éxito algodonero, la mayoría de las actividades económicas de Mexicali giraron alrededor de este cultivo. Esto contribuyó a que la economía regional fuera vulnerable a la fluctuación de precio del mercado internacional. Con la gran depresión económica de principios de los años de 1930, la superficie cultivada, así como la generalidad de los ingresos de esta frontera sufrieron un grave retroceso. Pero con la segunda Guerra Mundial (1939-1945), y después con el conflicto coreano (1950-1953), los mercados reaccionaron positivamente y de nuevo se incorporaron nuevas tierras al cultivo del algodón. 

Para bien o para mal, Mexicali se casó con el algodón. El algodón fue base del crecimiento económico regional. Después surgieron los problemas de las fibras sintéticas, como el nylon y poliéster que le restaron fortaleza a su precio internacional. Luego llegaron las plagas, como el gusano rosado, que aumentaron su costo de producción. Ahora parece más importante suplir este cultivo en afán de lograr un mejor uso del agua.
Sergio Noriega Verdugo




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