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sábado, 3 de septiembre de 2022

El Río, núm. 39

 Revista de historia regional de Mexicali y su valleAño xnúm. 39, enero-marzo de 2018

 Dejó la editorial que viene en la revista y el enlace a la misma.

La historia regional como marco de referencia


Los años seguirán teniendo 365 días, pero en la actualidad el tiempo va que corre. Ante nuestro rápido paso por la vida, hace falta un punto de referencia para mejor aquilatar nuestra trayectoria y opciones sociales. Tal pareciera que nuestras vidas y preferencias siguen de cerca el refrán que todo es borrón y cuenta nueva. Pero acaso es que no tenemos memoria o es que el pasado ya no cuenta.El rápido paso del tiempo se debe en buena parte al cambio tecnológico. Pues debido a la continua innovación, la obsolescencia de los bienes y servicios con que acostumbramos a vivir, separa cada vez más a una generación de las anteriores. Nada mejor identifica la generación actual que los medios electrónicos que emplea para comunicarse con los demás. Desde la comunicación inalámbrica de los teléfonos celulares hasta los satélites artificiales que permiten la comunicación con cualquier lugar del mundo. Lo instantáneo es lo único que importa, mientras que las distancias desaparecen. Ahora vivimos dentro de un proceso de globalización. Hoy en día los países más alejados del nuestro están más cerca de nosotros que nunca. Los vínculos con el extranjero son mayores y más intensos. Por lo tanto, los acontecimientos en otros lugares del mundo resultan más relevantes que antes, y las noticias que difunden los medios así lo revelan. Existe pues más competencia para captar el interés del público y por consiguiente, la atención prestada a nuestra historia se torna, en el mejor de los casos, ocasional. Si hemos de evitar el anonimato universal, veamos nuestra historia. Por ahora nuestra historia es poco más que un pasatiempo de utilidad ceremonial, pero dentro de ella se encuentra oculta su relevancia. Pues la historia regional nos dice de donde somos, nos ayuda a entender nuestra cultura. Nos permite comprendernos mejor, nos recuerda de dónde venimos y también de los logros y fracasos realizados por nuestros padres y abuelos. Ella nos ayuda a ubicarnos no solo en cuanto al paso del tiempo y las distancias, sino aún más con respecto a la evolución humana, de la que todos somos parte, pero no somos iguales. Baja California ha crecido considerablemente durante el último siglo. Contraria a su pasado, la entidad no se encuentra aislada ni deshabitada como hace cien años. La amenaza de una invasión extranjera que pusiera en peligro nuestra mexicanidad no se divisa por ningún lugar en nuestro horizonte. Por ahora los peligros parecen centrarse en nuestra propia voluntad, propósito y disciplina. Pero todo ello carece de sentido si nuestra existencia no tiene rumbo o destino.El pasado se repite, pero nos dice mucho de la gente que hizo posible nuestra realidad. Entre ellos tenemos los indígenas que hicieron de estas tierras su hogar. La osadía de los españoles por descubrir nuestra península. De los misioneros que apostaron su vida en promover el cristianismo entre los nativos. Los pioneros que transformaron nuestro desierto en tierras de cultivo. Los maestros que nos enseñaron a leer y escribir, para que nosotros pudiéramos llegar lejos y construir un pueblo mejor.
 


 
 

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