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viernes, 16 de agosto de 2019

El Río, núm. 16

Revista de el centro de estudios sobre la universidad UABC, Revista de historia regional de Mexicali y su valleAño V, núm. 16, abril-junio de 2012, dejo la editorial que viene en la revista y el enlace a la misma.

El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México.

La historia regional como marco de referencia

Los años seguirán teniendo 365 días, como en el pasado, pero en la actualidad el tiempo va que corre. Ante nuestro rápido paso por la vida, hace falta un punto de referencia para aquilatar mejor nuestra trayectoria y avance. Tal pareciera que nuestras vidas y preferencias siguen de cerca el refrán que dice “todo es borrón y cuenta nueva”. Pero, ¿acaso es que no tenemos memoria o es que el pasado ya no cuenta?

Actualmente, el rápido paso del tiempo se debe en buena parte al cambio tecnológico. Pues debido a la continua innovación, la obsolescencia de los bienes y servicios con que acostumbramos a vivir, separa cada vez más a una generación de las anteriores. Nada mejor identifica la generación actual que los medios electrónicos que emplea para comunicarse con los demás. Desde la comunicación inalámbrica de los teléfonos celulares hasta los satélites artificiales que permiten la comunicación con cualquier lugar del mundo. En la actualidad lo instantáneo es lo único que importa, mientras que las distancias desaparecen.

Por si esto fuera poco, no hay que olvidar que ahora vivimos dentro de un proceso de globalización. Hoy en día los países más alejados del nuestro están más cerca de nosotros que nunca. Los vínculos con el extranjero son mayores y más intensos. Por lo tanto, los acontecimientos en otros lugares del mundo resultan más relevantes que antes, y las noticias que difunden los medios así lo revelan. Existe, pues, más competencia para captar el interés del público y, por consiguiente, la atención prestada a nuestra historia se torna, en el mejor de los casos, ocasional.

Si hemos de evitar el anonimato universal, veamos nuestra historia. 
Por ahora nuestra historia es poco más que un pasatiempo, de utilidad ceremonial. Pero dentro de ella se encuentra oculta su relevancia. La historia regional nos dice de dónde somos, nos recuerda de dónde venimos, y también de los logros y fracasos de nuestros padres y abuelos. Nos permite comprendernos mejor, nos ayuda a entender nuestra cultura, a ubicarnos no solo en cuanto al paso del tiempo y las distancias, sino aun más, con respecto a la evolución humana, de la que todos somos parte, pero no somos iguales.

Baja California ha crecido considerablemente durante el último siglo. Contraria a su pasado, la entidad no se encuentra aislada ni deshabitada como hace cien años. La amenaza de una invasión extranjera que pusiera en peligro nuestra mexicanidad no se divisa por ningún lugar en nuestro horizonte. Por ahora los peligros parecen centrarse en nuestra propia voluntad, propósito y disciplina. Pero todo ello carece de sentido si nuestra existencia no tiene rumbo o destino.

El pasado, tal vez no se repita, pero nos dice mucho de la gente que hizo posible nuestra realidad. Entre ellos tenemos los indígenas que hicieron de estas tierras su hogar. La osadía de los españoles por descubrir nuestra península. De los misioneros que apostaron su vida en promover el cristianismo entre los nativos. Los pioneros que transformaron nuestro desierto en tierras de cultivo. Los maestros que nos enseñaron a leer y escribir, para que nosotros pudiéramos llegar lejos y construir un pueblo mejor. Usemos pues la historia regional para aquilatar nuestro actual desempeño.

Sergio Noriega Verdugo






 

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